¡Hola, soy Estefanía!
Mi madre siempre me ha dicho que soy como un libro abierto, que leer mis letras es leerme a mí por dentro y en cierta parte creo que tiene toda la razón, porque todas las madres siempre tienen la razón aunque no queramos.
Bueno, que me enrollo. Soy Estefanía, tengo 24 años y soy más de Chiva que el Torico de la Cuerda.
Desde que tengo uso de razón me ha encantado la música, el arte y la educación. De hecho, estudié música durante más de media parte de mi vida, toco el clarinete, chapurreo un poco el piano e intento cantar todo lo mejor que sé. El arte siempre ha formado parte de mi vida, adoro el cine, me encanta el drama y cualquier cosa que rodee ese círculo tan vicioso del que jamás quiero salir.
No diré que escribo desde que tengo uso de razón, porque mentiría, comencé a hacerlo cuando en un examen tuve sesenta faltas de ortografía. Sí, lo sé, un desastre. O eso es lo que creía que era hasta que me di cuenta de que valía para esto y muchísimas cosas más.
El problema es que me distancié de este mundo, de las letras, de los libros y la escritura. Mi camino en aquel entonces tomó un rumbo diferente, me adentré en la Educación, en el Magisterio de cero a doce años y en la Educación Especial.
Sin embargo, tras mucho tiempo detrás y delante de la escritura y de plasmar mis sentimientos tras una hoja en blanco, mi primera novela juvenil "La Última Palabra" se vio escrita en un abrir y cerrar de ojos, bueno, tampoco es del todo cierto. Me tiré diez años para terminarla, surgió de forma espontánea y a través de un sueño que tuve una noche, pero cuando la corregí todo fluía como nada nunca había fluido antes en mi vida, y de verdad, no puedo estar más orgullosa de todo lo que he conseguido a lo largo de diez años.
Os invito de todo corazón a formar parte de mi pequeña aventura, porque no hay nada más bonito que poder compartirlo con todos/as vosotros/as.
¡Nos leemos pronto!